viernes, 27 de febrero de 2009

Más allá del paseo de las dos torres, más infinitas que la mirada, intento avanzar, me resbalo, intento ver la razón, pero me caigo, araño el suelo, peor que una pesadilla, no despierto, he perdido oportunidades, ninguna como esta, ni mil lagrimas...
No vendería mi alma por una rosquilla, pero la vendería con los ojos cerrados por retroceder en el tiempo, empezar desde el verdadero cero.
Ni la lampara, ni el ventilador me gustan ahora... Siguen siendo rojos, pero uno de ellos esta más vacío que mi alma, no importa lo que digan, lo que me digas, eres tú. 
Cuéntame algo más, por última vez, sin saber a donde iras...
Odiando todo, doy tantas vueltas en círculos, solo girando sobre las pequeñas cosas que me han hecho cambiar, no escucho, ni quiero...

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